Viladecans se toma en serio la sostenibilidad antes de que fuera una palabra de moda.
En 2009, llegó un momento clave: la adhesión al Pacto de Alcaldes, un compromiso europeo para reducir emisiones que Viladecans no solo lo firmó, sino que se convirtió en la hoja de ruta del municipio. Del pasado, presente y futuro hablamos con Encarni García, teniente de alcaldesa de Medio Ambiente y Sostenibilidad del Ajuntamiento de Viladecans.
¿Podría resumir y valorar la trayectoria seguida. ¿Qué logros destacan?
– Viladecans Repara, que impulsa el consumo responsable y alarga la vida de los objetos
– Vilawatt – Más energía renovable en la ciudad
– Uso creciente de agua regenerada para riego y agricultura local, reduciendo el consumo el agua potable.
– El Pacto Viladecans por el Clima, que involucra a vecinos, entidades y empresas en talleres y proyectos colaborativos de acción climática.
– La restauración de hábitats y el control de especies invasoras, incremento y mejora del verde urbano.
– Una fuerte apuesta por la educación ambiental y el vínculo con el patrimonio natural del municipio.
En resumen, Viladecans muestra que la sostenibilidad se construye día a día, combinando grandes gestos con gestos cotidianos: ahorrar agua, reutilizar los objetos, cuidar el verde, apostar por la reparación o participar en proyectos comunitarios.
La experiencia de la ciudad evidencia que la transformación ecológica es totalmente posible a escala local cuando hay compromiso político, visión a largo plazo y ciudadanía implicada. Aquí, la sostenibilidad deja de ser un lema: para convertirse en una forma de hacer.
Actualmente Viladecans desarrolla el proyecto Pacto por el Clima. ¿Qué objetivos tiene y en qué momento de su proceso está?
El Pacto de Viladecans por el Clima es, en esencia, la gran llamada a la acción de la ciudad frente a la emergencia climática. Es una iniciativa municipal que busca movilizar a toda la ciudad donde vecinos, escuelas, entidades, empresas, sindicatos y Ayuntamiento se ponen manos a la obra para hacer de Viladecans una ciudad más saludable y preparada para el futuro.
¿Qué persigue? Tres objetivos muy claros y muy prácticos:
- Crear comunidad climática, una red de personas que se reconoce, se organiza y actúa.
• Impulsar proyectos colaborativos que hagan más fácil vivir de forma sostenible.
• Explicar y conectar proyectos que el Ayuntamiento ya está desarrollando en materia de clima.
¿En qué punto estamos?
El Pacto no está en fase de diseño: está en plena marcha. Ahora mismo ya funcionan tres espacios de trabajo que movilizan a perfiles muy distintos:
- La Mesa Local de Emergencia Climática, el grupo motor, con una veintena de personas del ámbito ambiental, social, cultural, educativo, juvenil y político.
- El Ágora de Viladecans por el Clima, el encuentro anual donde toda la comunidad implicada se informa, debate y teje alianzas.
- Jóvenes por el Clima, un servicio comunitario con alumnado de 3.º de ESO de cuatro institutos, que incorpora la voz y el liderazgo de la juventud.
A este marco se suman proyectos participativos muy tangibles, que permiten ver resultados rápidos y generan orgullo comunitario:
- Compostaje comunitario.
- Recogida de naranja amarga para hacer mermelada local.
- Apadrinamiento ciudadano de alcorques convertidos en hábitat de polinizadores.
La foto actual es potente: alrededor de 600 personas y 50 organizaciones ya forman parte del Pacto. Es una iniciativa viva, que mezcla estrategia, participación y acciones visibles. Y confirma algo importante: cuando la gente se organiza, la transición ecológica deja de ser un discurso y se convierte en una realidad que mejora la ciudad día a día.
Un ejemplo de buena práctica de sostenibilidad es el Viladecans Repara. ¿Puede explicar en qué consiste y cuáles son sus objetivos?
Viladecans Repara es uno de los proyectos más inspiradores de la ciudad en materia de sostenibilidad. Es mucho más que un Punto limpio: es un espacio donde reaprender a cuidar los objetos, alargar su vida y evitar que acaben antes de tiempo en la basura. Desde 2011, este equipamiento ha cambiado la lógica tradicional del residuo: de “tirar y olvidar” a “reparar, reutilizar y compartir”.
Ubicado en el Punto limpio y gestionado por la empresa de inserción social Solidança, forma parte del Plan de Prevención de Residuos de Viladecans. Su objetivo es claro: empoderar a la ciudadanía para que genere menos residuos y entienda que reparar también es una forma de hacer ciudad más sostenible.
¿Qué se hace en Viladecans Repara?
- Asesoramiento para autoreparar aparatos eléctricos y ropa. Técnicos especializados ayudan a aprender a reparar, y muchas personas acaban enseñando a otras.
- Talleres mensuales de reutilización y mantenimiento, abiertos y participativos, que crean una comunidad que comparte trucos, habilidades y soluciones prácticas.
- Los Encants de Viladecans, una tienda de segunda mano donde los objetos recuperados tienen una nueva oportunidad.
- Huerto autogestionado, que refuerza el aprendizaje comunitario sobre sostenibilidad, cultivo y cuidado del entorno.
Y los resultados hablan por sí solos: solo en 2024 se hicieron 40 asesoramientos, participaron más de 200 personas y se evitaron 190 kg de residuos. Pequeños gestos que, sumados, tienen un impacto real.
En definitiva, Viladecans Repara demuestra que la sostenibilidad no va sólo de reciclar, sino de implicar a la gente, crear comunidad y convertir la reparación en un acto colectivo de responsabilidad y creatividad. Un ejemplo claro de cómo una ciudad puede transformar sus hábitos… y contagiar buenas prácticas.
- Otra gran práctica, famosa fuera de Viladecans, es el Bee happy. ¿Puede explicar qué es y qué aporta a la vida de la ciudad?
Bee Happy de Viladecans es un proyecto municipal en el que, desde 2014, la ciudad trabaja para proteger a las abejas y a los polinizadores silvestres, esos pequeños héroes que hacen posible la vida, la agricultura y buena parte de nuestra alimentación. No es casualidad que en 2022 Viladecans se declarara “Ciudad amiga de las abejas y los polinizadores silvestres”: consolidando el compromiso municipal con este proyecto pionero.
El programa combina varias líneas de acción que se refuerzan entre sí:
- Investigación y seguimiento científico, para conocer el estado de los polinizadores en el municipio y cómo mejorar su hábitat.
- Conservación directa, a través de enjambres urbanos y espacios adaptados para su protección.
- Educación ambiental, con la Casa de las Abejas como centro neurálgico donde escolares, familias y curiosos aprenden porque las abejas son esenciales.
- Participación ciudadana, mediante iniciativas como 1m² de naturaleza, que invita a cada vecino a “apadrinar” un pequeño espacio verde y cuidarlo.
- Trabajo en red con entidades como la Asociación de Amigos de las Abejas o REDICAT, sumando conocimiento y complicidades.
¿Y qué aporta Bee Happy a la vida de la ciudad? Mucho más de lo que parece.
Aporta biodiversidad, porque mejora los hábitats y multiplica la presencia de polinizadores. Aporta comunidad, porque conecta a personas, escuelas, entidades y comercios alrededor de un proyecto común. Aporta conciencia ecológica, al enseñar que proteger a las abejas es protegernos a nosotros mismos. Y aporta bienestar, porque una ciudad con naturaleza viva es una ciudad más saludable, más amable y más resiliente.
En definitiva, Bee Happy ha conseguido algo muy valioso: que Viladecans se mire a sí misma desde la naturaleza, y que cada metro cuadrado pueda convertirse en un pequeño oasis para la vida. Una muestra clara de cómo la colaboración y la cogobernanza pueden transformar la ciudad desde abajo y convertirla en un lugar más verde, más saludable, conectada con la naturaleza … y con mucho zumbido positivo.